miércoles, 7 de septiembre de 2011

G.L. 1 - Comunicación Oral y Escrita.

La comunicación es el proceso por el cual podemos transmitir información de un ente a otro, podemos hacerlo de forma oral o escrita.
La comunicación oral permite interacción entre emisor y receptor, hay una retroalimentación constante, donde un gesto o murmullo puede mostrar una inconformidad o aceptación y al mismo tiempo el emisor puede dar una respuesta rápida y organizada de la información, ya sea para convencer o informar.
En la comunicación escrita, el lenguaje debe ser más explicito, ya que no hay un contexto compartido como en la comunicación oral; el texto debe crear su propio contexto. Comparándola las dos formas de comunicarse, la comunicación escrita tiene como ventaja que el emisor (escritor) y el receptor (lector) disponen de tiempo, tanto para encontrar las palabras adecuadas para comunicarse como para encontrar el referente del emisor.
El lingüista Roman Jakobson plantea un esquema donde se pueden ver los elementos de la comunicación.

Emisor: quien emite el mensaje.
Receptor: quien recibe el mensaje.
Mensaje: es lo que se quiere informar.
Canal: medio físico a través del que se transmite el mensaje.
Contexto: al que hace referencia.
Código: es la lengua que comparten emisor y receptor. Jakobson basaba todo su interés en este elemento.
En La enunciación, Catherine Kerbrat propone la identificación de dos códigos, códigos del emisor y códigos del receptor. Esto puede verse en la comunicación oral donde el receptor no se limita a recibir algo determinado, sino que mientras recibe el mensaje asume una posición respecto de lo que escucha. Los códigos entre emisor y receptor son distintos, pero tienen puntos de intersección lo que hacen posible la comunicación.
En  la comunicación escrita se toma el canal como soporte, puesto que necesita la mediación de un soporte material, donde queda plasmado el mensaje y que hace posible una comunicación diferida.
Cuando se escribe, el emisor tiene que construir un receptor, una imagen promedio de lector con datos de la realidad, ya sea en el escribir una carta a un amigo, que aunque se sepa mucho más de la realidad, no se sabe la interpretación de su lectura o el escribir una novela donde se debe crear a un receptor al que no se conoce personalmente. Esta construcción de personaje se aplica de la misma en el receptor, quien al leer, no tiene delante suyo al emisor y no puede permitirse hacer preguntas. Tanto emisor como receptor deben crear un interlocutor.

LOS CÓDIGOS.
Un código, en la comunicación, es un conjunto  de conocimientos compartidos que se activan tanto al escribir como al leer. Hay códigos compartidos por comunidades y hay otros compartidos por grupos menores. Al conjunto de códigos que intervienen en la comunicación algunos autores lo llaman competencia.
·         El código sociocultural.
Este código contiene todos los conocimientos que el escritor y el lector tienen, ya sea de por experiencia propia o por lecturas; es un marco de referencia en el que se basa la escritura o la lectura, a lo que Umberto Eco llama “enciclopedia”. Al escribir, el escritor imagina el marco de referencia de su lector, para saber que omitir o explicar; en la lectura, el receptor debe trasladarse al marco de referencia del escritor para poder comprender el texto, como ayuda en las introducciones de los textos se expone el contexto de escritura y las notas de pie de página completan las referencias que el lector no tiene.
Nuestra memoria guarda de manera organizada los conocimientos que se van adquiriendo durante la vida; hay distintas teorías sobre cómo se almacena ésta información. Umberto Eco propone que los conocimientos se guardan en forma de esquemas, a lo que llama frames; a los que tienen una organización descriptiva espacial, los llama marcos, a los esquemas de acciones los denomina guiones. Los conceptos también son almacenados en nuestra memoria en forma de esquemas llamándose  esquemas conceptuales que logran ser de gran ayuda en los textos científicos.
Todos los esquemas hacen que el escribir sea más rápido, pues la información que se sabe que el lector puede inferir de acuerdo al contexto se elude.
A veces cuando el marco de referencia no coincide entre emisor y receptor, el mensaje puede mostrar anacronismos, (contradicciones) ya que los esquemas no coinciden, o por intentar no caer en esto se llega a usar el salgarismo (interrumpe la escritura para dar explicaciones, estilo de Emilio Salgari).
·         El código ideológico.
Este código reúne las creencias y valores, que maneja el escritor y el lector y a la proyección que le dan en los textos, tanto de lectura como de escritura; ya sean las teorías más institucionalizadas (filosóficas, sociológicas, políticas, etc.) o las creencias de sentido común (refranes), que responden a la historia o cultura de cada época]; uno de estos puede ser el que analiza Roland Barthes en Mitologías, lo que él llama “mitos” condensados de ideología, donde dice que el escritor no es un trabajador, que el escribir es una “secreción involuntaria” no un trabajo. Las teorías compiten por la interpretación de la realidad y por ello se dicen que son ideológicas.
·         El código retórico.
Son los conocimientos que tienen los emisores acerca de los distintos usos del lenguaje, el buen manejo de las palabras en sus distintos contextos. Como ejemplo se tienen el uso de los géneros discursivos de Mijaíl Bajtín quien explica que cada uno tiene incorporado diferentes géneros de la práctica social, que nos ayudan a comunicarnos, en la lectura o la escritura; el sermón es un género religiosos que corresponde a la práctica religiosa. Los géneros cambian con el tiempo y pueden desaparecer o aparecer nuevos.
El conocimiento de los géneros forma parte de todo hablante, ya que nos permiten darle una dirección a nuestra comunicación. En los géneros escritos se toma como ayuda el paratexto. El paratexto editorial (tipografía, diagramación, la tapa, el texto contratapa, etc.) o el de autor (epígrafe, título, notas de pie, glosario, etc.) proporcionan una dirección y permiten reconocer a que género pertenece el texto.
En el código retórico también se ve incluido el conocimiento de las estructuras textuales como lo son la narrativa, donde todo está ordenado temporal y causalmente, que inicia con una introducción, seguida de una complicación y por último un desenlace; la descriptiva que presenta las características y/o cualidades de un objeto, animado o inanimado;  la explicativa que busca hacer comprender algo, teniendo como estructura problema–solución y la argumentativa que busca defender una idea con fundamentos, teniendo como finalidad persuadir antes que comprender.
·         El código lingüístico.
Contiene los conocimientos fonéticos, gramaticales, del léxico y de ortografía en la comunicación escrita.
Cuando se lee o escucha una palabra, nuestra memoria la asocia a otras por el significado, esto se debe a que las palabras están organizadas en la memoria en forma de redes
El código lingüístico se conforma por el conocimiento de las clases de palabras, sus funciones, las reglas que las rigen para la combinación en las oraciones y en el texto, que se activa en la comprensión y producción de cada comunicación.

EL TEXTO.
El texto o mensaje escrito, era el producto del escritor, por lo que se creía que éste era quien le daba el sentido; el lector debía acomodarse a esa interpretación, según esta teoría, había lecturas correctas e incorrectas. Al pasar el tiempo surgió la teoría que afirma que no existe un sentido fijado para siempre, que el texto carece de sentido y existencia hasta que no es leído; por lo que no hay una lectura más correcta que otra. El sentido varía, el contexto varía, la situación varía, todo según la competencia y la situación del lector.
Umberto Eco propone, en medio de estas dos teorías, entender el texto como una construcción compartida entre escritor y lector, ya que el escritor crea un “lector modelo” pensando en una reacción especifica, que así no sea cierta no adquiere sentido hasta que su texto es leído, el lector construye un “autor modelo” que se crea en base a lo que el texto muestra sobre el autor o por los conocimientos previos que se tienen sobre él. Estos modelos no coinciden totalmente con el modelo empírico, pero facilitan a la escritura y lectura.
Los textos pueden ser de fácil comprensión o no, clasificándolos según Umberto Eco se encuentran los “textos cerrados donde la lectura va orientada en un sentido y tienen un cálculo previo respecto al lector (textos escolares) y los “textos abiertos” que permiten diversidad de interpretaciones, que por lo general es mucho más difícil su lectura.

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