Mi karma empezó cuando Alberto Harari (nuestro profesor) dejó como tarea, hacer una presentación oral; desde ese preciso momento empece a buscar en mi mente, que historia podia contar frente a mis compañeros, buscaba una experiencia que los hiciera sonreir tan solo un poco para que no fuera tan monotono; como resultado no se me ocurrió nada ya que soy bastante mala para contar chistes, asi que una historia iba a hacerlo mucho peor. Le comente a mi prima quien siempre tiene una idea para todo, así que me saco de este aprieto y me contó su historia de amor; ya tenía una presentación para la clase, de todos modos no me sentía segura de lo que iba a contar porque no era algo personal y logro olvidar las cosas bastante rápido. Cuando llegue a clase que tocaba la presentación, a una de mis amigas pasó de primera al frente, su tema me ilumino la cabeza y me acorde de las historias que solía contar de mi "mala suerte"; mi mente ya solo podía pensar en esta nueva historia, mi turno fue muy pronto y mi corazón latía a mil, así que le dije al profesor que no lo haría en ese momento pero sí al final de todas las presentaciones.
Vi una por una las demás presentaciones, prestando gran atención a las actitudes de cada uno, para tener conciencia de que cosas se ven bien y cuales no presentándote ante los demás; llegó nuevamente mi turno, y ya estaba más entusiasmada; salí al frente, mi mente se puso en blanco había olvidado que decir, menos mal siempre apunto el comienzo de mis presentaciones, leí un poco y empece mi historia, la verdad no me acuerdo ni como contaba mi historia, solo sé que mientras lo hacía por mi cabeza pasaba lo siguiente: "debo mirar a todo el público", "por que me tiembla tanto la voz?", "si que me equivoco, todos se están dando cuenta de mis nervios", reaccione cuando el profesor (que estaba al frente) hizo la señal de que me faltaba un minuto, no lo podía creer no llevaba ni la mitad de la historia, así que la acorte y termine mi presentación.
Al terminar la clase, Lucre y Vivi (con quienes comparto carrera) me comentaron que habían quedado perdidas por mi historia, ya que a ella no les parecía que era una historia de un mal día como la contaba yo, sino que era un buen día; me causo mucha gracia, ya que siempre lo había visto como un día de mala suerte y me ayudo a establecer que todo en la vida pasa por algo, todo tiene una consecuencia y un fin, y algo por lo más negativo que sea, tiene una chispita de buena onda que aveces no logramos ver. Los invito a ver las cosas buenas en todos esos momentos que crees como lo peor que te ha pasado y a compartirlas en este espacio.
Gracias por leer mis experiencias de clase. Un abrazo!!
