jueves, 20 de octubre de 2011

Clase 11 - Lectura en Clase.

De antemano el profesor nos aviso de que la clase empezaría un poco más tarde de lo normal, llegue unos 10 minutos tarde debido a que debía corregir unos figurines de la clase de diseño, en las horas map que tenía disponible la profesora de diseño, que lograron alargarse un poco más. Cuando llegue al aula el profesor estaba haciendo la devolución del T.P. 3 y de la tarea 4 expuestas anteriormente. Terminadas las devoluciones el profesor nos comentó sobre cómo sería el parcial que realizara el 27 de Octubre.

Ya empezaba la hora de la Tarea 5, la hora de leer en frente; como sorpresa me lleve, ser la primera en leer, que en cierto caso es un alivio, ya que al no haber visto a otros hacerlo, no te intimidas por esas otras presentaciones. Acá les comparto mi lectura, un cuento que escribió una amiga mexicana para un concurso en el que entro a participar:


La cuchara no importa.

Nuestro desayuno esta constituido por cereal y leche. Es nuestro ritual matutino. Pero el cereal y la leche,  elementos primarios, necesitan elementos secundarios.
Nuestra relación esta constituida por tú y yo. Es nuestro ritual diario. Pero tú y yo, elementos primarios, necesitamos elementos secundarios.

El bowl.

            ¿Qué es lo que guarda el recipiente? Para mí, ese espacio vacío que veo cuando lo agarro de la alacena es el que sostiene mi esperanza, guardo ahí mis recuerdos. Su tamaño limitado me somete a su limitación. Es un refugio dentro de mi rutina y todas las mañanas estará para mí, si mis fantasmas nocturnos no lo rompen durante la noche. El recipiente se mantiene intacto hasta que me despierto cuando él aún duerme, lo miro y pongo en él muchas expectativas de mi día, de mi vida. En ese vacío que deja tú silencio guardo mis ganas.

El cereal.

El cereal es el sujeto, el nombre, el primero, el masculino. Es la solidez en la que confía la leche. El cereal desea compañía pero mientras es arrojado rápidamente al vacío pierde esa esperanza. En el fondo, espera, silencioso y solitario. Ella cae como una lluvia fugaz, a veces tibia, casi siempre fría. El  cereal  arriesga e invita a bailar a la leche, buscando fundirse con ella,  se baña, se revuelca, se reduce y se somete a la suavidad que la leche le provoca, el cereal se transforma. En medio de la vía láctea, vestidos de blanco bailarán una mañana de primavera.

La leche.

            Símbolo femenino. Nutre, fortalece, suple y despega. La leche nuestro primer alimento en el exterior. La grasa. La vaca, la cabra, la soja, la madre, ella, la poderosa, la que nos llena de amor, la que bañó a Cleopatra, la que baña al cereal,  la que suaviza. La leche materna, la leche en sachet, fresca y larga vida, la que fortalece los huesos, con hierro, entera o semi-descremada. La leche a la que nacemos dependientes  y nos hace independientes.
Sé mi cereal y seré tu leche. Te ablandaré, te consumiré. 
La leche culmina la necesidad del cereal, se han complementado.  
Conviven por poco tiempo y se aman una eternidad. Se unen como tú y yo alguna vez estuvimos unidos, se consumen en su deseo, se liberan y perduran,  se creen inseparables. Cereal y leche serán por el tiempo que quieran ser.
           
La cuchara.

Te despiertas y el desayuno esta listo. Buen día, escucho en el medio del beso. Te sientas al otro lado de la mesa. La leche y el cereal en medio de los dos. Cereal y leche en mi recipiente. Cereal y leche en el tuyo. Busco la cuchara y sólo encuentro tu mirada. El cereal cruje con la leche y nosotros hambrientos de ellos, desesperamos. ¿Cómo nos comemos? ¿Cómo nos revolvemos? ¿Cómo hacemos llegar el alimento a la boca? ¿Dónde encontramos el puente que nos llevará a reencontrarnos?
El cereal se aguada, la leche se tiñe.

Nadie se ha llevado nada, lo hemos destruido, lo hemos regalado. La unión esta hecha pero no podemos consumarla. Hemos desaparecido lo que nos nutría, lo que alimentaba este amor. Si te vas no habrá más mañanas con cereal, si me voy no habrá más besos lácteos. No más noches anhelando el desayuno, sólo noches recordando las mañanas cuando nos comíamos en silencio.
La cuchara no importa, me dices. Tomas el bowl en tus manos y lo acercas a tu boca, bebes de el. Tomo tu cara entre mis manos y la acerco a mí.

Todos mis compañeros pasaron al frente a compartir sus textos, canciones o cuentos, todos diferentes. Me encanta leer en público, es lo único que puedo agregar. Buen finde!!!

1 comentario:

  1. Muy bien por compartir el cuento. ¿Viste que es mejor pasar primera? Quedás aliviada toda la clase! :)
    Slds.

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